Dos de las piezas expuestas en el Museo José Hernández cargando sus minibonsai!
29.6.09
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objetos de arte vivo
El anciano pintor Wang-Fo y su discípulo Ling erraban por los caminos del reino de Han. Avanzaban lentamente, pues Wang-Fo se detenía durante la noche a contemplar los astros y las luciérnagas y durante el día a mirar las libélulas. No iban muy cargados, ya que Wang-Fo amaba la imagen de las cosas y no las cosas en si mismas.
[Extracto del cuento Como se salvó Wang-Fo, del libro Cuentos Orientales escrito por Marguerite Yourcenar]
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